Hay momentos en lo que quisiera que hubiera un dios, un ángel o simplemente una persona que encajara en esa descripción, para que te pudiera ayudar, para que en las noches te dijera que hacer, o simplemente te dijera que lo que hace falta es paciencia, que todo se arregla.
También quisiera no sentir nada, sería más fácil, me desilusionaría menos, me dolería menos amar así…
O tal vez que sepas como estoy por ti… sé que alguna vez pensaste que solo esperabas que me castigara sola, que yo me hiciera el daño que te hice a ti, si tan solo me vieras por las noches… si te sintieras como yo, te darías cuenta que es mucho peor mi castigo que mi error actual. No quiero molestarte y también entendí que no soy nada para ti, pero también sé que hay algo en tu corazón que no me has dicho, un paso que no quieres dar, tal vez por miedo a mi… pero todo se revuelve, todo da vueltas en mi cabeza y todo duele.
Tengo tanto miedo de sentir… es como si tuviera una daga en mi corazón que se clava cada vez más en cada latido, en cada segundo. He pensado que me quedaré sola en la nada, que aunque cambie de cuerpo todo será igual, tengo tanto miedo incluso de las palabras “te amo”… No sé ni que hacer, no me gusta que llegue la noche, no me gusta el silencio, le tengo miedo al silencio…
En realidad le tengo miedo a mis sentimientos y a mis pensamientos, porque todas las noches es igual, se encaja cada vez más una daga en mi corazón, y de repente despiertan en mi unas ganas de morir y no saber más de nada… o ganas de odiarte, darme la media vuelta y continuar, pero cada lágrima, cada sentimiento, cada cosa me recuerda lo mucho que te amo y que me prometí luchar por ti hasta que dejaras de vivir… o yo de sentir.
Hay otros momentos en los que sólo pienso, esos momentos cuando no hay ruido, está oscuro y algo acaba de pasar que te hace darte cuenta de lo que vives, los momentos en que las dudas y el arrepentimiento se unen a los sentimientos y el dolor.
Hay personas que dicen que el amor es la razón más poderosa para vivir y no se dan cuenta que también es la razón más poderosa para morir. Y es entonces cuando vez tu vida y te das cuenta que a pesar de los momentos de felicidad que vives, no puedes olvidar eso que te causó tanto dolor, que cuando te encuentras sonriendo ante una persona, te das la media vuelta y lloras porque esa sonrisa te recordó una lágrima. ¿No te has preguntado por qué es así? Por muy feliz que estés, un detalle tan bobo como una palabra puede traerte a la memoria un terrible error que te nuble la felicidad del momento, y lo peor es que esto sólo pasa cuando se involucra al amor en la ecuación.
Hay momentos en los que has sufrido tanto que decides no sufrir más y seguir adelante y aunque se logre y seas feliz, la sombra siempre te sigue...y ni hablar de cuando te equivocas tú... si el error es tuyo, si el sufrimiento es por ti, si sabes que tu eres la causa... simplemente es imposible seguir y vivir, hasta respirar parece imposible, en las noches te cuesta trabajo dormir, respirar… incluso dudas de si sigues en el mismo mundo que los demás viven con tanta tranquilidad. Y vez miles de puertas, y te das cuenta de millones de cosas positivas, y de repente te sientes más tranquilo....jaja, buena broma, porque siempre, antes de dormir, justo cuando nadie te acompaña, justo cuando todo está en silencio y estas recordando el día, la memoria te traiciona y lo recuerdas todo de nuevo...lo bueno, lo malo, y lo que duele…
En realidad nunca dejas de pensar, nunca dejas de recordar, pero siempre te preguntas si te lograron perdonar, si lograron olvidar y ser felices, y entonces ya no amas...odias la razón, odias el por qué no fue feliz a tu lado, porque la felicidad que experimentaste fue infinita a su lado y no quieres que alguien más la tenga, y te vuelves egoísta...luego intentas negociar contigo una forma de olvidar....en teoría luego lo aceptas....solo para darte cuenta de que has vivido un duelo inconcluso...Porque así es cuando te rompen el corazón, cuando pierdes a la persona que has amado... nunca lo aceptas, nunca lo olvidas...nunca terminas el duelo por la pérdida.
No, nunca superas tu primer amor, no olvidas sus ojos, su rostro...y te sorprendes a ratos creyendo que aun hay algo, y te sorprendes de nuevo buscando su contacto, buscando como saber de ese amor perdido, y quisieras regresar y decirle ¡Despierta! Nosotros debemos estar juntos...pero tu mente te lo impide y te dice que no lo hagas, porque sólo te vas a lastimar más, no vas a recibir lo que esperas de tu amor… ignoras lo que tu mente dice, y lo haces….y lloras o te ilusionan para después llorar más y volver a caer…vuelves a odiarlo, no quieres saber nada de él, o mejor dicho eso quieres creer, pero tu corazón te lo impide, te recuerda lo puro de tu amor por él. no puedes dejarlo atrás… lo sigo amando, te sigo amando.
Ojala fuera tan fácil sanar...curar esa herida de amor que no te deja respirar...y ahora racionalizas todo, no sanas para recordar que pasó, para que no te vuelva a pasar, no olvidas aquello que te hicieron o no olvidas tu error porque de eso aprendes, de eso aprendiste que no se puede confiar, que no se puede seguir adelante con ese error...pero no es verdad, no olvidas porque es un asunto inconcluso, porque incluso las mejores lecciones se olvidan, no te acuerdas de como aprendiste a sumar pero igual sabes cómo sumar, así debería de ser, no acordarte del error pero saber que no debes hacerlo. Sin embargo no pasa...lo recuerdas y te duele, y te molesta, y te hace enojar....porque es un asunto inconcluso, porque en tu mente sigue la pregunta de... ¿qué tal si? o bien el tan famoso hubiera....o esas ideas que te haces de que todo puede o pudo haber sido mejor.
Y recapacitas y te das cuenta de que lo que necesitas para olvidar es vivirlo de nuevo, saber si algo cambiaría si algo no hubiera pasado, dar una oportunidad, o dos... o tres... las necesarias para que al termino digas "funcionó" o un simple "no...No se puede" y entonces olvides por completo, no busques a esa persona y sigas adelante.
Jaja ojalá fuera así… nada es así, simplemente duele, busco algo que calme el dolor pero nada lo puede hacer, solo tú, y tú no lo harás, posiblemente porque no lo merezco o porque no quieres, o porque tu aprendiste a alejarte, o tal vez también tienes miedo de sentir…puedo buscar mil escusas para no aceptar una simple realidad, simplemente ya no es lo mismo…no sientes ya amor por mi y no lo quiero aceptar, porque eres el único mundo que conozco.
Y ahora duele más… te digo todo esperando que tal vez alguna parte de tu corazón se dé cuenta de cuánto te amo y que tú también lo haces y entonces sanes un poco mi dolor, y solo te burlas de lo que siento, solamente te ríes ante las lágrimas de mi corazón y me encajas más esa daga que me hace querer odiarte, olvidarte y seguir sin ti, pero que al mismo tiempo me recuerda que sin ti no sé vivir.
Y así es como me recuerdas lo que realmente soy, una ciega por no querer ver las cosas obvias, una tonta por ilusionarme con palabras sin fondo, no es como si tú fueras a pedir perdón o que yo te pidiera que lo hicieras, es simplemente que así es como soy… después de tener miedo de sentir toda mi vida, después de tenerle miedo a las palabras “te amo”, después de creer que era malo amar…llegué a ti y me entregué, y si, por diversas razones entre las cuales destacan mi falta de madurez e inteligencia emocional, me equivoqué, cometí errores de los que he aprendido y de los que sigo aprendiendo, pero también sigo amándote y sigo esperando que seas el amor de mi vida, sigo esperando más que palabras de tu parte, no es que no te crea, es que quiero sentir que me amas y no solo imaginarlo o leerlo en palabras, porque tampoco las dices.
En realidad solo quisiera borrar todo, incluso el haberte conocido, para que no duela más, para enamorarme y sentirme feliz, para por fin alcanzar la tranquilidad que no tengo, que me quitas todas las noches, todos los días, todo el tiempo… no por que quieras, si no porque mi corazón siempre está contigo y mi mente contra ti.
