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lunes, 8 de agosto de 2011

Enamorando a un extraño


Todo es para bien ¿ves tú? Me he encontrado sola en la noche con el corazón roto, sin embargo, es para bien. Porque yo no habría llegado a encontrarte hoy, así de ser lo que soy, si no me hubiera pasado esto. ¡Qué maravilla!
Ahora bien, voy a ir directamente a lo que esencial, a lo que te tengo que decir antes, a riesgo de equivocarme, ¿eh? porque uno se puede equivocar por lo mucho que tengo que decirte; hubo una vez en que nadie es del todo desconocido. Cuando me he encontrado contigo, con tu alma en el correo, he sentido que te conocía desde siempre, he sentido que, quizás, seas tú el hombre con el que comparta mi vida porque, estoy segura de que tú me conoces desde siempre.
Percibo en tus palabras, escuchando tu voz interior, veo todo lo bello que llevas dentro, las acciones que puedes o no puedes hacer con alguien. Hay gente con la que no emprenderías nada. Ahora, no somos los mismos que fuimos. Yo creo que, de más joven, eras curioso, no sabías muy bien las cosas que andabas buscando o que te andaba buscando. Tú lo sabes ahora que te has convertido en un ser adulto. Aunque también sabes lo que te falta, por qué haces lo que haces y para qué eres buscado. Ya desde este instante, tú no haces preguntas como antes. Desde esta perspectiva, me parece interesante transmitirte mi respuesta a tu pregunta: ¿Y POR QUÉ NO? me dije, cuando te vi por vez primera en este mundo y, que me transmitieras el por qué no probar de conocernos, de saber como son nuestros carácteres, nuestra manera de ser o de ver las cosas...
Yo no sé, no sé si empezarás a correr cuando leas lo que te digo, pero si no me dices nada, seguro que conocerás a más personas evolucionadas, harás muchísimas más cosas, trabajarás en lo que te gusta. No te creas que porque te muestre mis sentimientos estás obligado a amarme, no, no, prefiero que ames a la vida. Ay, ¡cómo he visto lo fiel que eres mi alma! Porque si tú eres fiel a ti, eres fiel a mí, a nuestra alma.
Bueno el hecho de escribirte esta carta es como comenzar un GRAN poema juntos, como empezar a conocernos mejor ¿Te gusta? ¿te gusta esto que sobre la marcha te voy proponiendo? Ahora bien, no me pidas que sea tu maestra ni tu mamá, me harías un gran honor pero sabes, no es mi vía. A mí, lo que me gustaría es enseñarte a que aprendas de ti mismo. 
Si tú quieres, yo seguiré correspondiéndote, e iré publicando los poemas que se me ocurran. Mira, estoy pensando que en las parejas que conozco se les ve que juzgan al otro en que hace mal esto o hace mal lo otro. Se ocupan de enseñarle como hacer las cosas, pero es que se debe hablar de lo que siente uno con lo que hace el otro.
Cuando algo me molesta del otro, es que eso por lo menos también lo tengo yo. Y el otro se defiende, pero hay que preguntarse que es lo que siente uno, por qué me pongo así. ¿Qué hacer? Aprovechar para ver lo que me pasa a mí. Yo creo que las parejas deben ser complementarias. Que tú seas fuerte donde el otro es débil, que uno sea razonable donde el otro se vuelve loco, que cada uno pueda lo que al otro le cuesta. Para mi es importante estar en pareja, la diferencia del crecimiento personal, lo bonito de la convivencia... Todos deberíamos cambiar nuestra forma de pensar para comprender de otra manera, porque por no entender a los otros va la cosa mal. Y digo esto escuchando hablar a la gente por la calle, yo he empezado por cambiar: Eres mi maestro por que me enseñas a aprender de mí mismo.
Quiero hacer esto por que estoy haciendo cosas inútiles. Morir por cambiar de forma. Ya sé, ya sé, que es más largo expresarse así, pero... También pienso en cambiar: Felicidad es estar cada día menos angustiado. Decisión es estar cada día menos confuso. Valentía es ser cada día menos cobarde. ¿Y que es ser inteligente? Ser inteligente es ser cada vez menos tonto. A mí me gusta pensar así: comienzo por continuación de. Fracasar por cambiar de actividad. Soy culpable por que soy responsable. Alma mía, ¡no sabes lo contenta que estoy! Nadie lo ve, sólo en estos mensajes quiero compartirlo contigo, arrancar estas flores de alegría y mandártelas todas a ti. Tus palabras ya resuenan todo el día en mi cabeza y para convencerme de que no es un sueño me pellizco en la mejilla.
Me gustaría....abrazarte, besarte, estoy muy contenta de habernos encontrado como por arte de magia. Sobre todo, aún estando tú en tú mundo y yo en el mío, te siento más cerca que nunca. Si uno no da lo que tiene o se guarda lo que siente sólo para él, no le sirve para nada. Eso no sería darse lo que uno merece.
Te voy a mostrar este poema que he hecho hoy, déjame susurrartelo en el alma:

Pequeñas acciones bondadosas
intrínsecamente vivida día a día
procedentes de una inhabitual compasión
dando no pidiendo
las gracias de lo que me ha sido dado,
depositar dinero en el abrigo del mendigo que está dormido,
obsequiarle un espejo al vanidoso,
visitar las casas de las personas deprimidas,
devolverle poemas a los críticos,
tranquilizar a los que sobrecargan sus emociones,
emprender proyectos a la mala gente con cautela de samurai,
cantar con el niño que está gritando,
sólo tengo que estar tan contenta
tanto de lo que me pasa como de lo que no me pasa.

En verdad, esto es lo que me interesa. De verdad, poco importa si hay injusticias en el mundo, yo lo que quiero es caminar en la bondad, desinteresadamente. Todos los caminos son una oportunidad, todos los caminos conducen al amor. Si tú me dejas, yo te besaré en los ojos para quitarte las penas, te enviaré poesías, te ayudaré, sólo buscaré ayudarte si tú me dejas.
Mira que yo voy a lo esencial, me salgo de lo superficial, voy a lo directo, porque, según lo que yo creo, para lograr una unión sana, primero deberíamos prometernos:
En el terreno intelectual, tendríamos que dejarnos ser lo que somos. En un futuro, si necesitas, nos prometeremos que ninguno de los dos imitará al otro, ni nos obligaremos a ver el mundo con las referencias del otro. Nunca nos diremos a nosotros: 'Quiero que pienses esto o lo otro'. Respetaremos siempre lo que somos sin sentirnos culpables, sin permitir que nadie intente imponernos conductas o ideales que no sean los nuestros. Tendremos derecho a expresar nuestra propia visión del mundo, aunque difiera de la del otro. No nos impediremos ver ni oír lo que nuestra curiosidad nos pida. Tenemos derecho a desarrollar nuestros sentidos en la dirección que nos convenga.
En el terreno emocional, reconoceremos que no todos amamos de la misma manera. No nos someteremos a la tortura de querernos unir de un modo que no sea el nuestro. Nos amaremos como podamos amarnos, sin tratar de ser espejo, sin aspirar a una quimérica fusión, sin desear serlo todo el uno para el otro. No nos encerraremos en una relación exclusiva, sino que iremos agregando a nuestro cariño el cariño por nuestros parientes, por nuestros amigos, por aquellos a los que admiramos, por la humanidad entera, por ese ser impensable que llamamos 'Dios'. Reconoceremos que el amor no es la búsqueda de la igualdad sino de la diferencia complementaria. No seremos dueños ni propiedad el uno del otro, nos ataremos con nudos que siempre sabremos deshacer, nos ayudaremos a conservar en lo más profundo de nuestro ser un área privada, nos protegeremos mutuamente pero sin privarnos nunca de nuestra libertad. Caminaremos juntos bendiciendo cada uno de nuestros pasos, pero si nuestros caminos se separan, lo aceptaremos deseando lo mejor para el otro en su nueva vida.
En el terreno material, compartiremos un espacio pero nos permitiremos también tener un territorio personal, con la promesa de no invadir nunca el del otro, respetando nuestra necesidad de soledad.
No me preocupo de ser querida ni odiada. Me preocupo, si me dejas, de amarte. 
Si no me amas, te abandonaré
Si no me amas, haré que me ames
Si no me amas, esperaré que me ames
Si no me amas, yo te amaré.

Entonces, llegué yo, ahora quiero amar nada más. ¡Qué me importa que me amen o que no me amen! Una relación sana no se construye sobre deseos de posesión. La mujer no pertenece al hombre, ni el hombre pertenece a la mujer. Ambos se unen en el amor y colaboran juntos en una obra, material o espiritual. Yo estoy dispuesta a amarte.
Medita y ven a sentarte a mi lado cuando tú lo desees, a hablarme, y entonces me dices ¿cómo te sientes después de todo lo que te he dicho? ¿De qué te voy a ser útil? ¿De qué nos vamos a ser útiles?


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