Sigues caminando por un lugar oscuro, con pocas y pequeñas luces que guíen el camino, ves visiones, recuerdas sueños y tu corazón se acelera al saber que te vas acercando a tu destino.
Te detienes a observar el camino, oscuro y solitario, se ve igual tu destino que tu origen y pierdes la paciencia. No soportas estar de nuevo en el mismo lugar, en ese punto perdido... y quieres correr.
Pierdes el piso, el cielo y todo se desmorona, no sabes como continuar, no sabes como retroceder, no te puedes ubicar... y lo único que queda es ésta agonía, la agonía de no saber, no poder... no querer.
Ésta agonía, el remanente de las emociones humanas, el eco de todo lo que sentiste, la comprobación de que un día, en algún momento, algo mejor sucedió.
Por que ser humano no es sólo amar, ser feliz y disfrutar.... es también (y sobretodo) sufrir, caer, levantarte y volver a correr, aún en agonía...todo para llegar a la meta.
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