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domingo, 5 de diciembre de 2010

Eclipse de Amor parte 8


Mayas y Mexicas, dos culturas que jamás se habrían de mezclar, en una lucha constante por sobrevivir, enredados en historias de luchas, de amor y de poder. Una de esas historias nos ha enseñado algo más, un poder más grande que la lucha, una vida más larga que el tiempo, un amor más grande que la muerte…

Cualtzin-metzonalli era su nombre náhuatl significando “Bella luz de luna”. Ella era una princesa Mexica de un poblado lejano a la capital del imperio Mexica, algo parecido a lo que más tarde conoceríamos como Colonias, una colonia que estaba perdida y muy cercana al imperio Maya, aquel imperio decadente pero con tal poder como para que los Mexicas no pudieran dominarlo.

Noh huul k’iin era su nombre maya y significaba “Gran rayo de sol”. Él era un príncipe conquistador que mantenía a los intrusos alejados y a su imperio unido. Mala fue la suerte de éstos príncipes cuyos destinos estaban diseñados para encontrarse y crear un nuevo camino unido, o lo que sus nombres darían a conocer como eclipse.

Nuestra leyenda cuenta que Noh huul k’iin, en su labor por unir a su pueblo, conquistó el hogar de Cualtzin-metzonalli para regresar su posesión a los mayas. Durante la conquista Noh huul quedó perdidamente enamorado de Cualtzin, amor que estaba prohibido ya que Cualtzin no era de su cultura, y peor aún, era la hija de un gobernador derrotado.

Cualtzin también se enamoró de Noh huul y, buscando la manera de conservar su amor ambos decidieron ocultarlo, lo que resultó en una mayor catástrofe: al descubrirse su idilio, ambos pueblos decidieron acabar con ése deshonroso amor. Cualtzin fue condenada a muerte y Noh huul a vivir eternamente sin su amada, jamás se podrían ver de nuevo. La noche antes de la muerte de Cualtzin, el dolor de saber que jamás podrían estar juntos llevó a los jóvenes príncipes a rezarle a la luna, pedir una forma de conservar su amor y de poder verse sin importar el precio. La luna respondió a sus rezos y en honor a sus nombres convirtió a Cualtzin en parte de ella y a Noh huul en parte del sol, se verían únicamente al amanecer y al atardecer. Cuando sus lugares se cambiaran tendrían la oportunidad de estar nuevamente juntos, cuando un eclipse tuviera lugar. Vivirían enteramente o ambos morirían eternamente pero podrían estar de vez en cuando juntos…podrían verse.

La acción de los jóvenes príncipes dejó una gran marca en ambas culturas, los eclipses ahora eran predichos, esperando el momento de ver a los jóvenes príncipes juntos de nuevo y honrando su amor con una imagen y ésta leyenda.


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