Secciones

Poemas (41) Reflexiones (23) Yo... (23) Cartas (17) Cuentos (12) Narraciones (2)

domingo, 5 de diciembre de 2010

Eclipse de Amor parte 9



Elías le mostró a Ela la leyenda de la que hablaba y después de un rato de pensar Ela no pudo más con la duda y preguntó:

-Perdóname, pero ¿qué tiene que ver esta leyenda con lo que Liz escribió?

-Yo sé que no es fácil verlo, pero tengo la sensación de que esto es lo que estaba buscando, verás, en el poema, la nota y las hojas del diario habla de lugares y de mi, de paz mental y de sueños…-Pensó un poco lo que fuera a decir, como si estuviera revelando un secreto- Liz y yo solíamos soñar lo mismo…un eclipse y nosotros en él, a Liz le encantaba…- Se detuvo en seco y dejó caer el libro.

-¿Elías, te encuentras bien?

-No…

Elías se paró rápidamente de su lugar y tomó las llaves de su carro, salió corriendo del departamento y se enfiló a su carro.

-¡Elías, espera! ¿Qué pasa?

-Sube y te lo explico en el camino.

-Está bien.

Ela y Elías se subieron al carro, Ela traía consigo el libro y las hojas que habían estado viendo horas atrás, de camino ninguno de los dos habló, hasta que Ela dejó de conocer el lugar en donde estaban.

-Elías, ¿dónde estamos?

-Vamos camino al desierto de los Leones

-¿Para qué?

-Soy un tonto, el poema habla de miedos y de dejar la mente dormir, habla de caminos y de guiar, al igual que el diario y la nota no habla de duda si no de decisiones, literalmente dice que está perdida.

-No entiendo.

-Liz y yo no nos conocimos en la universidad, ella vino al desierto de los Leones sola, se encontraba muy triste y yo me la topé, no resistí verla llorar, sus ojos no están hechos para eso. Liz estaba perdida, yo me ofrecí a traerla pero no quiso. Entonces le mostré un lugar que le encantó y la tranquilizó. Cuando estaba mejor le mostré el camino de regreso a su casa y poco después nos encontramos y enamoramos en la universidad.

-Aún no entiendo que tiene eso que ver

-Que cuando Liz necesitaba estar tranquila o pensar me pedía que la llevara a ese lugar, siempre que íbamos Liz solía decir que yo era el único que conocía el camino porque ella se perdía y nunca nos encontrábamos a nadie. Cuando veníamos solía traer el libro de leyendas y Liz siempre me pedía que le leyera esa leyenda, solíamos quedarnos hasta que anocheciera…

-Ahora entiendo…¿pero qué esperas encontrar?-dijo Ela en tono desanimado

-No lo sé…- Elías ya no sabía que esperar ni que decir, ni siquiera sabía hacia dónde dirigirse.

Elías y Ela se bajaron del carro, ya era noche y Elías empezó a caminar desesperado hacia aquél lugar en donde esperaba encontrar algo. Ela se cansó muy rápido y poco después de haber empezado a caminar frenó a Elías.

-Elías se que sientes que vas a encontrar algo pero ya es tarde y no traemos ni siquiera lámparas, no vas a poder ver nada, mejor regresemos

-No

-Pero Elías por favor piensa, no vas a lograr nada así

-¡No Ela! Ella no se fue sola, alguien la debió de haber secuestrado o algo así…esa simplemente no es Liz, puede estar en peligro, tengo que ayudarla.

-Elías-dijo Ela mientras lo agarraba del brazo.-Entiendo tu preocupación pero…pero por favor entiende que no quiero perder el único lazo que tengo con Liz…-

Elías se quedó pensativo- Tienes razón Ela pero tengo que ver…

-Esta bien, te acompañaré.

Al llegar al lugar ya era muy noche como para poder distinguir algo, lo único que se veía era una casa abandonada a un kilómetro de distancia más o menos. Elías no pudo más y lágrimas corrieron por su mejilla.

-Elías, de veras lo siento…

-No Ela, yo lo siento más…esperaba tanto verla…que te pude haber puesto en peligro, mejor te regreso a tu casa, ya es tarde.

-Gracias…en verdad lo siento, no quería que te sintieras mal.

-Por muchas noches he llorado y por semanas he leído lo mismo, gracias a ti hoy leí algo diferente y por fin siento que estoy llegando a un lugar…me siento más cerca de ella…

-Eso no quiere decir que el dolor disminuya, al contrario, aumenta.

-Es cierto, pero también aumenta la esperanza…

Elías dejó a Ela en su casa y regresó a su departamento, al llegar se fue directo al dormitorio. Una vez ahí se sentó en la cama y a la luz de la luna observó el libro de leyendas que tenía entre las manos.

-Liz…sé que me estoy acercando a ti…

Abrió el libro y notó una página doblada, cambió de página hasta llegar a la esquina doblada y encontró una nota…

Amor, sabía que ibas a encontrar las pistas…

no encuentro la forma adecuada para decirte

esto…amor, no estoy muerta…pero si te tardas

lo estaré…Hace poco un hombre me encontró

dijo estar enamorado de mis poemas, los que

publico en la escuela y una plática que tuvimos

noté que estaba muy desorientado, no distinguía

la verdad de la ficción y me empezó a amenazar

contigo…perdón amor, no encontré otra salida

sabía todo de nuestras vidas así que accedí a

ir con él para escribir su vida…mi sorpresa fue mucha

al ver que no me quería dejar ir, y fue mayor cuando

vi donde estaba su casa…en nuestro lugar especial

Le pedí que me dejara ir a casa por algo de ropa

y fue entonces cuando escribí el poema y dejé las

hojas, se dio cuenta y le dije que era una carta suicida

para que no me buscaran ya que me quedaría con él…

La idea le encantó pero se aseguró de que fuera eso

antes de irnos pedí ir al baño y entonces te pude dejar esta

nota…amor, confío en ti…te amo más de lo que imaginas

No hay comentarios:

Publicar un comentario